Este verano pasado hemos visitado la granja ecológica de vacas "CASA GRANDE DE XANCEDA", ubicada en la provincia de A Coruña.
En un grupo muy reducido, acompañado por uno de los cinco monitores que dispone la granja, nos fueron enseñando las instalaciones y explicando las actividades de la granja con todos sus pormenores; de una forma muy amena y didáctica e incluso haciéndonos participar, principalmente a los niños, en algunas de las labores como dar el biberón a los terneros o dar de comer a las ovejas, cabras, etc.
Primeramente hay que resaltar el maravilloso entorno paisajistico en que se encuentra la granja y el gran acierto que han tenido con todas las instalaciones para conseguir un ambiente muy natural y rustico. Por un lado han adaptando las viejas construcciones a las necesidades de la graja y por otro las nuevas instalaciones apropiadas a las necesidades tanto operativas, como tecnológicas y sanitarias que se requieren hoy día en en este tipo de explotaciones. Quedando todo el conjunto en un ambiente natural muy atractivo dentro del paisaje rural de la zona y en el entorno de la naturaleza, sin faltar ningún detalle.
Los protagonistas son las vacas pero no son unas cualquiera, son vacas en liberad y todo esta diseñado para que sean felices, se alimentan con los mismos productos de las fincas de la granja que están controladas por el CRAEGA igual que todos los procesos. Son vacas que no se explotan para conseguir la mayor cantidad de leche si no que buscan la calidad de la misma; de hecho producen de media la mitad de leche que las vacas convencionales, pero viven el doble de tiempo que las otras. Las miman, cuidando todos los detalles para no molestarlas y produzcan leche de gran calidad sin productos químicos. Ver las vacas en su ambiente natural paciendo en los prados trasmiten una sensación de bienestar y tranquilidad contagiosa a las personas.
Una de las instalaciones que mas no llamo la atención fue la sala de ordeño, de ultima tecnología diseñada para no molestar a las vacas y cuidando al máximo la limpieza, la higiene de ellas y de toda la instalación, controlando todos los procesos de calidad y sanitarios. Otra de las instalaciones que nos llamo la atención fue la dedicada a la elaboración de yogures.
Si nos dejamos llevar seguiríamos y nos extenderíamos demasiado hablando sobre las buena impresión, sobre las satisfactorias sensaciones, la tranquilidad y sosiego contagioso que nos produjo la visita y la admiración de ver que se están haciendo bien las cosas en la alimentación y en la naturaleza, ofreciendo productos de calidad y con garantía, respetando la naturaleza.
La visita finalizo con una degustacion de los productos que elaboran.